El relato del nacimiento de Jesús instituye en la cultura cristiana el inicio del ciclo anual de las fiestas sagradas, celebradas por católicos, protestantes, religiones sincréticas en Latinoamérica y el mundo, e incluso por personas declaradas no-creyentes. Con el relato, vuelve a comenzar la vida, pues se celebra en el fin del año y el inicio de un año nuevo. En este sentido, se trata de un mito fundante, una inagotable fuente de sentido.Esta narración ha tenido importantes recepciones en la literatura y la pintura, y la historia de su interpretación es riquísima en cuanto a nuevas reconfiguraciones y reinterpretaciones en diferentes contextos. Desde la pintura de Rubens y Rembrandt hasta las obras de Frida Kahlo y las pinturas primitivistas latinoamericanas; desde los relatos medievales del nacimiento de Jesús hasta El evangelio en Solentiname de Ernesto Cardenal; tal historia, contada en la Biblia por Mateo y Lucas, invita a asistir a un nacimiento, no sólo de un personaje histórico del primer siglo, sino también de una cultura y un ser humano que vuelven a él para ver allí un símbolo de su propio nacimiento.
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